Como es habitual empezaremos revisando cómo han ido las dos últimas semanas:
- Malestar emocional (indicando qué emoción está detrás) y estado de ánimo (0- 10).
- Registro de actividades
- Registro de situación-emoción-pensamiento. Analiza cuáles son las situaciones problema más frecuentes y los pensamientos asociados. Revisa si has podido cambiar algún pensamiento, por uno más adaptativo y menos dañino, o cómo lo podrías hacer ahora desde un poco más de distancia sin estar influida por las emociones de la situación.
- Rutinas de sueño. Momentos para descansar.
En esta semana nos vamos a centrar en observar y analizar nuestras relaciones sociales y cómo percibimos el apoyo que nos ofrecen. Presta atención a tus sensaciones con otras personas externas a ti, incluido la relación y sensaciones con tu bebé, pareja, familia, amigos…
Evaluación apoyo: Piensa en el apoyo de pareja, familia y amigos con el que cuentas, incluso puedes puntuarlo de 0-10. Este ejercicio no es para quedarnos en una parte negativa, sino que, si no estoy sintiendo el apoyo que me gustaría en según qué personas, o comunique qué necesito y en qué me pueden ayudar, o si no es posible, buscar otras fuentes de apoyo. Analiza de forma constructiva, identificando qué se puede mejorar y cómo se podría hacer. También puede ser positivo reforzar a aquellas personas que sientes que te están apoyando, reconociéndoles su ayuda.
Autoeficacia materna y vínculo bebé: Descríbete como madre, cómo sientes que llevas el rol de madre. Piensa en la relación con tu bebé.
¿Cuáles son tus puntos fuertes? Analiza qué te gustaría cambiar de una forma constructiva y compasiva contigo misma. “Me gustaría estar siempre con energía y paciencia”. Esto es muy complicado, dado que necesitarás tus momentos de descanso y desconexión. Estás aprendiendo a ser madre y a conocer a tu bebé. Cada hijo/a es diferente y tiene un carácter y necesidades diferentes. Por ello, date el tiempo de conocerte y adaptarte. Recuerda que a medida que tu bebé crece, tendrá unas necesidades diferentes, por lo que tu seguirás en periodo de aprendizaje según vaya creciendo.
¡¡Ojalá vinieran con las instrucciones debajo del brazo!!
Rol trabajo
¿Cuál es tu situación laboral? ¿Cuál sería tu ideal? ¿Cómo puedo encontrar el equilibrio? Conócete, escucha qué necesitas.
Pongamos de ejemplo algunas posibilidades:
- Estás de permiso de maternidad y:
- Cuentes los días para volver y conectar con tu yo del trabajo.
- No quieras volver a incorporarte y prefieras quedarte con tu bebé.
- No estés trabajando y:
- Estás contenta con esta situación dado que te permite estar con tu bebé.
- Te gustaría trabajar o no ser madre 24/7.
- Estás trabajando y:
- Estás satisfecha.
- Prefieras una excedencia o cambiar de horario.
No hay objetivamente una solución mejor que otra. Depende de ti, de tu bebé, de tu pareja, del apoyo… Lo bueno es que puedes ir haciendo cambios según detectes diferentes necesidades. Puedes pensar en cambiar el tipo de jornada laboral, una excedencia, un cambio de trabajo, o seguir con el que estabas si estabas bien. Puedes estar con tu bebé, llevarlo a una escuela infantil, con la familia, con una cuidadora, con el padre si tenéis horarios cada uno distintos… Es cuestión de, primero ver qué quieres y necesitas tu ahora, y segundo, qué necesidades hay en casa. En función de lo anterior, busca una solución que se adapte a lo que necesitas.
Modelo sociocultural: la presión de la “madre perfecta” vs “mala madre”
Este modelo contempla la presión de la sociedad sobre “ser una madre perfecta”. Ese pensamiento, frecuente entre las madres, suele llevar asociado emociones de ansiedad, ira, tristeza, culpa… Vivimos en una sociedad muy competitiva donde podemos sentir la presión por continuar con una alta dedicación y exigencia laboral. Por un lado, se “nos exige/exigimos” desarrollar un rol maternal como los de antes, donde existía una dedicación exclusiva al cuidado de la familia, hijos y pareja. Por el otro, tenemos que ser “superwoman”, con alta competencia y dedicación en todas las facetas de nuestra vida. El ideal y expectativas de ser la madre perfecta, que puede con todo, supone un choque con la realidad, con el cansancio, frustración y culpabilidad de no abarcar todo lo que nos gustaría o se piensa que se espera de nosotras. Por mucho que quiera, si tengo reuniones importantes a primera hora de la mañana, no puedo estar llevando a mi hijo al colegio o despedirle en el autobús de excursión. ¡Qué pena que aún no podamos estar en varios sitos a la vez! ¿no? Quizás sea una suerte porque hace que no sigamos y sigamos abarcando más.
Te pregunto, ¿quién espera que seamos superwoman? En muchas ocasiones somos nosotras mismas, que no estamos preparadas para renunciar a nada. Tómate tu tiempo en escuchar y decidir qué es lo que quieres.
En otras ocasiones también es una percepción de la sociedad, pero ¿de quién? Frecuentemente puede ser más una percepción, que el hecho que alguien de nuestro alrededor realmente lo espere. Por otro lado, si a nosotras no nos hace feliz…. ¿por qué hacerlo? ¿No sería preferible una versión de ti feliz, pero no tan exigente en todas las áreas, que una superwoman desbordada?
Antes de presentarte la técnica de relajación de esta semana, según la propuesta inicial, te aconsejo que la semana que viene te quedes en este módulo, repasando los contenidos de otros módulos hasta el momento:
- Actividades que realizas. Revisa lo que quieres hacer, tus roles, exigencias, tiempos también para ti, no solo para los demás.
- Registro situación-pensamiento-emoción. Continúa analizando las situaciones que son más difíciles para ti y qué pensamientos y emociones están detrás. Intenta buscar pensamientos alternativos que te traigan emociones más positivas.
En esta semana empezamos una técnica de relajación nueva, en este caso en lugar de a la relación física, va a ayudarnos con la parte emocional. Es una adaptación del lugar seguro. Te presento el audio para realizarla. Al igual que en semanas anteriores, busca un momento en el que puedas estar tranquila, sin interrupciones. Ponte en una postura que sea cómoda para ti, que te permita relajar tu cuerpo. Puedes ponerte una música de fondo también que te ayude a relajar.